lunes, 12 de noviembre de 2007

Parasha Toledot

ESAV EL TONTO
Por: Rab Amram Anidjar

Está escrito en nuestra Parashá que Rivká amaba a Yaakov. Itzjak amaba a Esav. (Génesis 25:28). Lógicamente que no estamos hablando del amor natural que todos los padres sienten por sus hijos, Rivká amaba a los dos por igual y así también Itzjak. A lo que aquí se está refiriendo la Torá es, que Rivká quería que Yaakov siguiera esa cadena de Abraham e Itzjak, pero Itzjak quería que el que siguiera la cadena fuera Esav, como hijo primogénito que era.

El argumento de Rivká, era más lógico que el de Itzjak, ya que Yaakov era una persona estudiosa, justa, buena y correcta. “Ish Tam yoshev ohalim – Un hombre sencillo que se sentaba en las carpas a estudiar”, “Titen emet le Yaakov – Le dio la verdad (Torá) a Yaakov”. Por eso él era quien debía seguir esa cadena de oro y no Esav.

Si pensamos que Itzjak era muy ingenuo, estamos muy equivocados. Itzjak sabía todo lo malo que Esav hacía. El día en que murió Abraham, fue Esav y asesinó a Nimrod, después fue y violó a una muchacha comprometida (Baba Batra 16a), y, como si fuera poco, renegó de la resurrección de los muertos cuando le dijo a Yaakov que no fuese tonto en pensar que una persona que ya se pudrió en la tumba pueda resucitar (Pesikta 14:4). Itzjak también conocía a las mujeres de Esav, que eran malas, e incluso sabía que seguían haciendo idolatría. Entonces, ¿cómo es posible que Itzjak quisiera que su sucesor fuera Esav?

Para entender esto, debemos primero conocer que Dios es quien crea al hombre. Cuando Él lo crea, no lo hace malvado o justo. Lo que Dios sí predestina es si la persona será rica o pobre, inteligente o no, bonita o fea, alta o baja, etc. Pero si la persona será malvada o justa, solamente depende de sus propias decisiones. Tal y como está escrito “Hakol Min Hashamayim Juez Mi Yirat Shamayim – Todo proviene de los cielos, menos el temor a los cielos”.

La persona se asemeja a una tierra fértil. Si plantamos frutas, saldrán frutas buenas. Si plantamos drogas, obtendrás drogas. Si plantamos plantas venenosas, saldrá el mejor de los venenos. Dios le entregó al hombre un potencial, pero depende de cada uno, cómo explotar ese potencial.

Esav era una persona muy fuerte y poderosa, pero desafortunadamente usó su fuerza para el mal. Pero la esperanza de Itzjak Abinu era que algún día Esav se despertara de esa pesadilla que lo rodeaba, se diera cuenta de sus errores y empezara a mejorar su conducta. Cuando mejorara su conducta, entonces sería inigualable.

¿Y quién nos asegura que cuando Esav hiciera teshuvá, las mitzvot que realizara fueran de una manera especial?

Está escrito en el tratado del Talmud, dijo Rabán Shimón Ben Gamliel: Toda mi vida atendí y me preocupé por las necesidades de mi padre, pero no llegué ni siquiera a una centésima parte de cómo Esav honró a su padre Itzjak.

Así también están escritos en los Midrashim, distintos ejemplos de lo servicial que era Esav. Por ejemplo, Esav tenía mucha ropa especial, entre ellas la vestimenta hecha por Dios para Adam, que había pasado por herencia hasta Nimrod. Cuando Esav mató a Nimrod, se la quitó y la colgó en casa de su padre. Preguntan nuestros sabios ¿por qué la colgó en casa de su padre y no en su propia casa? Responden que la dejaba en casa de su padre, para que cada vez que entrara a servirle, lo hiciera con esa ropa cosida por Dios. ¡Qué honores le hizo a su padre!

También Esav era tan atento con su padre, hasta el punto que juró no matar a Yaakov (su máximo enemigo) para que su padre Itzjak no sufriera. Pero una vez que muriera, iría a matarlo.

Esav estaba dispuesto a estudiar Torá (que no creía en ella) con su padre, incluso participaba en el estudio preguntando si era necesario sacar Maaser de la sal, y cosas por el estilo, con tal de conseguir una pequeña sonrisa de alegría en Itzjak.

Cuando Esav se enteró que su padre estaba molesto con él porque se había casado con una Kenaanita (pueblo despreciado por Dios), fue inmediatamente y se casó con una de las hijas de Yishmael para calmar la furia de su padre.

Como es sabido, la cabeza de Esav está enterrada en Mearat Hamajpelá. ¿Por qué la cabeza de Esav tuvo el mérito de ser enterrada en ese lugar tan especial? El motivo es porque esa cabeza siempre se agachaba en la presencia de Itzjak.

Vemos entonces cómo Esav, verdaderamente, tenía muchísimo potencial para ser el mejor e inigualable, ya que era extremista, fanático, “talibán” en la práctica de sus ideales.

Imaginemos entonces, si los ideales de Esav hubieran sido ideales de Torá, hubiera salido de él un Gran Tzadik. Y es por eso que Itzjak siempre quiso que su sucesor fuera Esav. Tenía esperanza en que al ayudarlo, con mucho amor, enderezaría su camino y fuera el siguiente eslabón de esa milenaria cadena empezada por Abraham.

A dos personajes de todo el Tanaj, se les llamó “Admunim – rojizos”. Esav y el rey David. Está escrito que cuando el profeta Samuel vio a David que era rojizo, se asustó, porque pensó que era igual que Esav, hasta que Dios le dijo que era un rojizo, pero con buenos ojos. Con ideales puros y un potencial bien dirigido.

Si reflexionamos acerca de la vida de ambos, veremos que tuvieron muchas experiencias en común. Solamente que cada uno la supo dirigir de diferente manera.

Si vemos a Esav, él fue un rey muy poderoso. También David fue rey, pero de Am Israel. Esav era un asesino. David fue un asesino de los enemigos de Am Israel. Esav mató a Nimrod y David mató a Goliat. La diferencia es que Esav fue muy malo y David fue una persona muy justa.

Todo depende de hacia dónde queramos dirigir el potencial que Dios depositó en nosotros.

Resh Lakish fue el jefe de las mafias más grandes de ladrones de su época, hasta que vino Rab Yojanán , le enseñó Torá y se convirtió en uno de los más grandes rabinos que tuvo el pueblo de Israel y no en uno de los más grandes ladrones que tuvo la humanidad.

Para pesar de Itzjak, Esav su hijo nunca enderezó su camino. Por eso está escrito que Rivká ama a Yaakov, en presente. Sin embargo está escrito que Itzjak amó a Esav, en pasado, porque al final de sus días se dio cuenta que su hijo no tenía remedio, por lo que optó por darle las bendiciones a su hijo Yaakov.

También hoy en día existen muchas personas que son como Esav, con muchas fuerzas, muchas capacidades, un gran potencial de liderazgo e inteligentes, pero que, desafortunadamente no saben aprovechar esas habilidades para el bien. Abran sus ojos y vean cuánta fuerza tenemos escondida dentro de nosotros si la usamos para bien. En Israel existen, hoy en día, personas que eran actores, músicos, cantantes, comediantes, que usaban sus dones para pecar y hacer pecar a los demás y que ahora, gracias a Dios, usan sus fuerzas y sus habilidades dando charlas y conferencias a personas alejadas de la Torá. Vemos de aquí lo siguiente. Si decides plantar frutas en tu vida, obtendrás las mejores de las frutas, ya que eres un campo fértil y poseerás los árboles más frondosos y verdes existentes.

Para finalizar, está escrito en el tratado del Talmud: ¿Quién es un tonto? Aquel a quien le dan un objeto valioso y lo pierde. Esav era un tonto porque Dios le dio unas fuerzas especiales y no las supo cuidar. Botó todo a la basura, ya que las utilizó para hacer el mal. Esperamos que ninguno de nosotros sea tonto, sino que seamos inteligentes y utilicemos todo ese potencial, nuestra inteligencia, nuestras habilidades, nuestras cualidades para llegar a ser verdaderos servidores de Dios Bendito.

Que sea la voluntad de Dios que nos ayude a explotar nuestras fuerzas para nuestro bien y para el bien de Am Israel. Amén.

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